En las casas de techos altos el frío se instala con la
fuerza de la grasa a los azulejos que bordean la cocina. No sale. Aunque te
abrigues. Aunque frotes.
Es por eso que cuando baja las escaleras hacia la calle y
camina por los pasillos también altos y fríos del edificio, se alegra de
haberse puesto esas botas de pielcita que se compró en un viaje, y la camiseta
de manga larga, y el pulóver negro y el polerón gris que dice “Rock play it for me” bajo un tapado
negro de invierno. Lamenta, casi siempre, haberse olvidado los guantes. Y no le importa en lo más mínimo que el jean que se puso le quede grande y la ropa esté
un poco vieja. Después de todo, es invierno y la gente no anda fijándose cómo
se viste. Hay prioridades y la prioridad en invierno es abrigarse.
Pero afuera la cosa es diferente.
Afuera está el sol. Y el sol calienta. A las cuatro de la tarde, y después de una
caminata intensa, el frío de la casa de los techos altos se evapora, se deshace,
se va.
Entonces piensa nuevamente algo recurrente: tendría que
haberse vestido mejor, aunque sólo esté yendo a hacer este trámite estúpido. Al
menos así se podría haber sacado el tapado. Pero ahora no. Ahora se lo tiene que dejar puesto así le tapa la ropa gastada, la esconde, aunque muera de calor.
Trata de ir más despacio para no generar más temperatura
pero al hacerlo se da cuenta de que a ese ritmo llegará tarde. Si va por la sombra seguramente todo mejore ¾piensa¾ pero
se equivoca. Se mira en la vidriera del Banco Patagonia, el reflejo perfecto de su figura abrigada: definitivamente
tendría que haber dedicado un minuto a escuchar la temperatura y tres
minutos a cambiarse. Incluso podría haberle dedicado un minuto a peinarse y
sólo habría salido cinco minutos tarde, pero confiada, decidida, coherente. No
pareciendo la loca del tapado negro.
Después de todo le faltan unas cinco cuadras y llega. Se
trata de un trámite sencillo: buscar unos estudios y volver a la casa de pasillos fríos. Con cuánta
gente podría cruzarse. Qué posibilidades hay de que justo un día como hoy se
encuentre con alguien que quiera hablarle.
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