miércoles, 19 de febrero de 2014

El saco con florcitas

Responder a pedidos ilógicos, necesarios,envueltos en la urgencia. Pedidos ilógicos como un saco en pleno verano, pero no "un" saco sino aquél. El que se está lavando. Responder una y mil veces que se está lavando. Asistir en el medio a lo que parece la comprensión: "ah, no me acordaba" y volver a vivir la experiencia. Una y otra vez. Como en un random.
Saber que lo mejor es traer el saco. Secarlo. O no. Pero traerlo.
La inquietud de no tenerlo se multiplica en ella y me persigue: "Si tuviera mi saco". Búsquedas infructuosas por toda la casa se hubieran evitado con tan solo ir y buscarlo y dárselo. Y si se lo ponía mojado ¿qué podía pasar? si total hace calor.
Se evitarían varios problemas con tan solo ceder.
A veces hay que ceder. A la lógica y a la no lógica. Eso no importa casi nunca. Al menos por aquí.
Quisiera entender ya no solo con mi cabeza, que para el otro un saco, el saco con florcitas, el saco de manga larga y florcitas, al único que le quedan botones, ese que es "suavecito", ese que no le hace "así" y no la deja toda apretada... entender que para el otro no, entender que para ella, para mi madre, ese saco es lo que necesita para estar tranquila.
Entender, al mismo tiempo, que tengo todo el poder para darle esa tranquilidad.
Y dársela.

2 comentarios:

  1. Qué santa paciencia.
    Por un momento sustituí la palabra saco por juguete y recordé a mi hijo con sus pedidos hinchapelotas.
    te linkeo, saludos!

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